Cabos
A esta hermana mía siempre
durmiente entre las espigas
al trocaico ritmo de
sus dedos mi pelo teje
A esta hermana tan querida
joven, joven pero ya
mujer de mi vida eje,
pequeña como la alisma
sus suaves y ágiles ramales
brotan de mi frente sierpe
dos por cada una perdida
como cabezas de la Hidra.
A orillas del Lerna
al pie del tronco anciano,
crecen gruesas como brazo
de hombre mis largas trenzas
y mi hermana; no dos cabos,
sino dos mechones de una
cuerda, crece abrazada a mi
cuello como la blanda yedra
De mí para siempre hermana
cauterizando la herida
se oscurece el espacio
bajo su mano dormida.
A esta hermana mía siempre
creciente entre las espiga
quisiera darle las gracias
por cada trenza tejida.